Las llagas en la encía pueden tener diferentes orígenes y presentarse de distintas formas, siendo todas ellas imprescindibles de tratar. Los dentistas en San Sebastián de los Reyes hacen un análisis que nos permita aprender más acerca de este tipo de heridas y de la importancia de su curación.
Qué son las llagas en la encía y cómo se clasifican
Las llagas en la encía en realidad son aftas bucales que se producen en las zonas mucosas.
A la vista son heridas blanquecinas cuyo reborde se presenta enrojecido, pudiendo encontrar tres tipos de llagas en la encía en función de su gravedad que son las siguientes:
- Llagas menores: es el tipo de llaga más pequeño y que apenas suelen causar molestias, pudiendo llegar a ser prácticamente indoloras. Se curan por si mismas en un plazo generalmente inferior a las dos semanas.
- Llagas mayores: es un afta con un tamaño mayor que las anteriores, y que pueden ser algo más molestas pero sin llegar a ser excesivamente dolorosas. Se producen con menor frecuencia, y el plazo de curación habitualmente será por encima de los 30 días.
- Llagas herpetiformes: se trata de grupos de llagas que se desarrollan en una misma zona. Son la modalidad más molesta y el tiempo de curación variará considerablemente en función de su desarrollo. Se presenta fundamentalmente en personas mayores, mientras que es raro verlas en jóvenes.
Por qué se producen estas llagas en la boca
Las llagas en la encía pueden llegar a ser muy molestas pero, ¿por qué se producen exactamente?
Lo cierto es que existen diferentes razones por las que pueden aparecer, entre las cuales destacamos las más habituales:
- Mordeduras accidentales dentro de la boca.
- Un mal ajuste en las prótesis dentales.
- Utilización de cepillos dentales de elevada dureza.
- Cepillado agresivo de los dientes.
- Consumo de comidas y bebidas que estén muy calientes.
- Un traumatismo en la boca también se puede acabar convirtiendo en una llaga.